La directora ejecutiva de MÁS Mónica Rojas-Stewart participó como una de las artistas principales en La Cocina, un espacio de arte creado por La Sala en el que artistas latinos de varias disciplinas “cocinaron” juntos diferentes proyectos. La Cocina duró todo el mes de agosto en el edificio Good Arts de Pioneer Square. Como parte del “menú” Rojas-Stewart presentó “Me gritaron negra”, un poema originalmente de Victoria Santa Cruz, considerada madre del teatro y la danza afroperuana, en el que se exploran procesos de consciencia racial, autoestima y empoderamiento. Los “cocineros” que apoyaron en la pieza de Rojas fueron Fernando Luna (teatro), Xavier López (artes visuales), Tony Gómez y Rebecca García (Música).
El producto final fue el resultado de un proceso creativo entre Rojas-Stewart y las bailarinas Milvia Pacheco (Venezuela), Dora Oliveira (Brasil) y Valentina González (Chile), quienes tejieron su propia historia de vida con el poema de Santa Cruz y la contaron a través de poesía y movimiento. “Al principio, nos enfocamos en el poema de Victoria pero muy pronto este proceso tomó otra vida, la vida de las bailarinas y sus propios procesos de fortalecimiento” dice Rojas-Stewart. “Esta experiencia probó una vez más el poder del arte para reflexionar… y sanar”.
La primera parte del poema de Victoria relata el momento en que “unas voces en la calle me gritaron negra” y continúa “¿soy acaso negra me dije? ¿Qué cosa es ser negra”? Valentina González cuenta cómo al inmigrar a los Estados Unidos la gente comenzó a asumir cosas sobre ella y a “etiquetarla”. Es ahí donde por primera vez ella comienza a cuestionar aspectos de su identidad. “¡Latina!” “¿eres ilegal?” “¿Tienes pasaporte?” “¿limpias casas?” Valentina comparte “hasta una vez me llamaron ‘¡Mercedes!’ Ese no es mi nombre”.
El poema luego relata una etapa de negación y luego rebeldía en el que decide no dejar que la humillen “¿Y qué? ¿Y qué? Negra, sí, negra soy, negra, negra, negra soy”. Dora Oliveira compartió anécdotas sobre la humillación que vivió por ciertas característica físicas, su lucha por estudiar ballet en la universidad de Bahía en Brasil, el rechazo de parte de su profesora y cómo terminó sus estudios a pesar de los obstáculos. Ella lo hizo para demostrarle al mundo que “Yo puedo bailar como tú… y yo puedo bailara como yo… porque llevo el poder de mis ancestros… porque llevo la herencia de mi familia. Soy negra”.
De esta etapa de rebeldía Victoria Santa Cruz llega a su empoderamiento y termina su poema diciendo “al fin comprendí, ya no retrocedo, avanzo segura, avanzo y espero…¡ya tengo la llave!” Milvia Pacheco escribió
“baila, baila ese tambor con amor y reflexión,
alza tus ojos al son y devela la sonrisa de tu danzón.
Ya tienes la llave de tu libertad,
y la has encontrado con tu despertar.
Que los pies no tiemblen de miedo
al bailar con el ritmo de la dignidad
que la herencia llama y reclama
una acción justa para alcanzar igualdad
Negra, negra, negra despierta!”
A continuación compartimos el poema de Victoria Santa Cruz.
“Me gritaron negra” (poema de Victoria Santa Cruz)
Tenía siete años apenas,
apenas siete años
¡Qué siete años!
¡No llegaba a cinco siquiera!
De pronto unas voces en la calle
me gritaron ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
“¿Soy acaso negra?”- me dije
¡SÍ!
“¿Qué cosa es ser negra?”
¡Negra!
Yo no sabía la triste verdad que aquello escondía.
¡Negra!
Y me sentí negra,
¡Negra!
Como ellos decían
¡Negra!
Y retrocedí
¡Negra!
Como ellos querían
¡Negra!
Y odie mis cabellos y mis labios gruesos
y mire apenada mi carne tostada
Y retrocedí
¡Negra!
Y retrocedí . . .
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
Y pasaba el tiempo,
y siempre amargada
Seguía llevando a mi espalda
mi pesada carga
¡Y cómo pesaba!…
Me alacié el cabello,
me polvee la cara,
y entre mis entrañas siempre resonaba la misma palabra
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra!
Hasta que un día que retrocedía , retrocedía y qué iba a caer
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¿Y qué?
¿Y qué?
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra soy
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra soy
De hoy en adelante no quiero
laciar mi cabello
No quiero
Y voy a reírme de aquellos,
que por evitar -según ellos-
que por evitarnos algún sinsabor
Llaman a los negros gente de color
¡Y de qué color!
NEGRO
¡Y qué lindo suena!
NEGRO
¡Y qué ritmo tiene!
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
Al fin
Al fin comprendí
AL FIN
Ya no retrocedo
AL FIN
Y avanzo segura
AL FIN
Avanzo y espero
AL FIN
Y bendigo al cielo porque quiso Dios
que negro azabache fuese mi color
Y ya comprendí
AL FIN
¡Ya tengo la llave!
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO
¡Negra soy¡