Photography by Pedro Martínez-Pinto
Entrevista
Pregunta:
Háblame un poco de ti.
Respuesta:
No me caracterizaría como una sola raíz porque creo que soy una mezcla de tres producciones diferentes. Tengo un poco de india en mí, nativa de Panamá, tengo un poco de africana porque el origen de mi padre es irlandés y negro también. Y también tengo el español. Soy un poco de las tres cosas. Nací en la ciudad de Colón, en el lado atlántico de Panamá, que está rodeada en abundancia por la influencia del “negre” africano, y mucha influencia jamaicana también. Se ve mucha piel oscura por ese lado del país. En cuanto a mí, siempre estoy en movimiento. Considero que no hay más reto en la vida que dar lo mejor de ti en todo lo que haces. Esa es mi forma de describirme: No me asusta ningún reto, siempre soy muy activa y encuentro el amor con la música y el baile, adoro los animales y me encanta la comida.
P: Eso me hace preguntarme, ¿cómo acabaste viniendo a Estados Unidos, cuál es tu historia con respecto a eso?
R: Crecí en el lado atlántico de Panamá, 9 provincias. Tenemos la zona del canal; dicho eso, tuvimos una fuerte presencia militar estadounidense en nuestro territorio por seguridad y preparación del sistema de ingeniería hasta que por acuerdo político se retiraron las tropas y la administración del personal pasó a lxs ciudadanxs panameñxs en el año 2000. Me enamoré de un soldado con el que estuve casada y luego me mudé a Estados Unidos. Eso fue lo que me trajo a esta zona, luego formé una familia. Al mismo tiempo, a lo largo de mi infancia siempre estuve involucrada con la música, con la danza, especialmente alrededor de los pueblos y los pequeños bailes callejeros que hacen basados en la herencia cultural de algunas de las comunidades llamadas congo, un fondo muy influenciado por lo afro. A lo largo de la escuela secundaria, siempre estuve involucrado en la participación con la danza. Uno de mis sueños era estar en el Ballet Internacional de Panamá, viajar por el mundo y poder compartir con mucha gente este particular talento. Qué casualidad que años después sigo haciendo lo que quería hacer en Panamá, solo que de una manera diferente, sigue siendo muy permanente para mí transmitir toda esa gran cultura a muchas personas.
P: ¿Forma de arte preferida?
R: Bailar. Lo que era muy divertido es que en mi barrio, a última hora de la tarde había un círculo de gente que se reunía en las esquinas, junto a las paradas de autobús, haciendo cosas como jugar al dominó, comer cosas fritas, etc. Se veían algunos tamborileros, gente vestida con el atuendo del congo y todavía recuerdo cuando tenía 5 años y mi papá llegaba y decía “Mija, ¿quieres bailar?” y yo me ponía en la pista y empezaba a bailar. Eso duró muchos años, mientras él vivía, durante toda mi infancia viví y respiré ese tipo de actividades.
P: ¿Cómo se llama la danza que haces? ¿Es una danza específica o son varias?
R: Hago múltiples bailes, Panamá tiene un lado impresionante de tantas culturas. Tenemos cumbias y tenemos mejoranas. Pero creo que uno de los factores que más destaca en la perspectiva de este programa es la influencia de la herencia y el trasfondo afro. Eso es definitivamente el 70% de mi pasión. Como he dicho, desde que era pequeña es algo que crecí viendo, practicando e interpretando yo misma, y sí, también hago todos los otros bailes, pero porque es donde nací, y lo que vi todo el tiempo, definitivamente el congo sería lo que más a menudo destaco.
P: ¿Podría hablarme un poco de su baile y de su historia cultural y de Panamá?
R: Tenemos el sonido de avanzada, que es la comunidad del congo, y se basa en muchos sonidos de tambores, mucha historia que se interpreta y se expresa con un colorido baile (atuendo). A menudo los bailarines bailan descalzos porque quieren intimar con la tierra. Al mismo tiempo, tenemos las mejoranas y las cumbias que también forman parte de nuestros mitos y de la historia colonial de muchos de los acontecimientos que ocurrieron en Panamá. La mejorana es uno de los ejemplos en los que el interiorano, el mestizo nativo de Panamá (entre los indios y los españoles), suele tener un montón de canciones creadas a partir de historias, expresiones, poemas, y se interpretan con una guitarra y vocalmente y se siguen con una rutina de baile específica llamada cumbia. También debo señalar que la cumbia es una de las influencias que se trajeron en la época en que Panamá era parte de Colombia.
P: ¿En qué se diferencia la ejecución de tu arte aquí en los Estados Unidos? ¿Cómo ha cambiado tu práctica o tu arte al trasladarte a Estados Unidos?
R: La forma en que lo veo es que se ha intensificado, aunque le puse una pausa, nunca pensé que volvería a esa rutina. Me encontré con personas/individuos que ahora he formado en estas comunidades donde promovemos y cultivamos nuestra cultura. Sentí mucho el deseo y la ambición de mantenerme al día con algunos de los elementos esenciales y profundizar en el patrimonio para que cuando hablemos/actuemos sobre él, sea más profundo y esté más limpio, a la vez que se maquilla un poco más nuestra actuación para que sea más distinguida. De este modo, puedo mantener lo bueno que aprendí entonces, pero luego realzarlo de la manera más contemporánea y moderna. Así la gente puede apreciar todo el espectáculo.
P: ¿Podrías darme una reseña histórica de tu patrimonio y arte en Panamá?
R: Volvamos a los orígenes y hablemos un poco de la influencia afro en Panamá, que se extendió originalmente en el siglo XVI, cuando llegaron los primeros colonizadores con esclavos de África. Y se extendió hasta el Atlántico: Bocas del Toro, Colón (de donde soy) y luego llegó hasta Darién. Hay nombres muy específicos y sorprendentes como viajeros mandingas que fortalecieron y lucharon por la liberación y la libertad de lxs esclavxs. A menudo, cuando lxs esclavxs fueron llevadxs de África y entraban en esta etapa de vida de trabajos forzados, eran sometidxs a abusos extremos. Y tienes a estos increíbles héroes que trataban de luchar y llevarse a lxs esclavxs y huir a diferentes lados del territorio (por todo el centro/sur de América). Puedes llamarlos Marruns o Palenqueros, eran comunidades que eran mezcla de diferentes orígenes y tribus de diversos países de África.
Luego están lxs afroantillanxs, que eran esclavxs que llegaron por primera vez a las islas desde la República Dominicana, Puerto Rico, Trinidad y Tobago. Más tarde llegaron a Panamá debido a la construcción del canal de Panamá, la abundancia de plátanos y las tierras agrícolas. También está el ferrocarril; en el siglo XVII, pensando en la fiebre del oro, pensaron que el ferrocarril construido en Panamá llegaría hasta California.
Dicho esto, en Panamá tenemos esa influencia afro, sobre todo jamaicana en Colón. En el lado religioso, se ve mucho rastafari; tocan mucho reggae y calipso. La música haitiana también es bastante común en ese lado. Y luego están los congos, que son, una vez más, comunidades con mucha herencia de los orígenes de los colonos. Todavía practican las danzas con la ropa colorida que proviene de las mujeres que recogen trozos de tela durante el día, de la gente en el poder, capitanes, gente blanca, etc., y harían ropa con estos patrones. En momentos y horas específicas hacían celebraciones con esta ropa en particular. Dentro de las danzas, solían expresar sentimientos, historias, homenajes, ancestros. Bailaban con tambores, que eran una llamada a muchos de los sentimientos vivos que parecían llevar de sus raíces, de lo que dejaron atrás. Creo que, incluso hoy en día, cada vez que oyes los tambores puedes sentirlos profundamente, puedes percibir algo de la pasión, de las historias y de cómo bailan.
Soy Pedro Martinez-Pinto Nací en el 2004 en Seattle, Washington y todavía estoy creciendo aquí ahora. La fotografía es probablemente el principal culpable, diría yo, de mi interés en ser voluntario con MÁS… Más